

Es la bebida más tradicional que se puede encontrar en Bogotá. La bebida ha sido maltratada y se le ha dado mala fama durante toda la historia pos-hispánica. La han tildado de ser una bebida satanizada desde la época de la colonia y que varias veces ha tratado de ser prohibida, pero nunca se ha podido porque la chicha está arraigada dentro de la cultura y la tradición populares.
LA CHICHA



Ella es Nicoll toms
21 años
lives in Australia
Hubo algo que llamó mi atención: una extraña bebida amarilla metida en una botella, que algunas personas escondían dentro de una bolsa de papel y tomaban con un pitillo.
Una escena que se volvía más común a medida que me acercaba al Callejón del Embudo, un tramo empedrado que como su nombre lo dice es ancho por arriba y muy angosto por abajo, en donde pasan ríos de gente que vienen del Chorro de Quevedo o se dirigen para allá. Después me daría cuenta que eso que había dentro de esas botellas recicladas, de plástico o de vidrio, era el motivo por el cual yo estaba en aquel lugar: la chicha.


Muy poco es lo que sabemos sobre la chicha, además de que es una bebida fermentada de maíz. Sin embargo, en internet encontré un documento muy interesante de la Universidad de Harvard, llamado CHICHA, A NATIVE SOUTH AMERICAN BEER escrito por Hugh Cutler y Martin Cárdenas, en donde se habla sobre la chicha como una bebida que tiene un origen que nos remite al pasado, nos habla de la vida de nuestros indígenas y su espiritualidad. Si bien no existe una fecha o lugar exacto de su primera aparición, lo que si se sabe es que es de procedencia americana y fue elaborada por nuestros ancestros desde épocas prehispánicas. Antes de la llegada de los españoles era una bebida ceremonial para los muiscas, que los conectaba con la vida y era fruto de sabiduría. Nuestros aborígenes se embriagaban tomando chicha, pero solo en momentos vinculados con la vida, como nacimientos, bodas, sepelios, cosechas, entre otros.
Cuenta la historia...


Decidí ir a la chichería mas famosa del Chorro, o bueno, eso fue lo que me dijeron la mayoría de personas con las que crucé algunas palabras. ¿Qué tendrá ese lugar que lo hace tan especial?, fue lo que me pregunté antes de llegar.
A penas se entra al lugar, lo primero que se ve es la cocina, que es sencilla, pequeña y algo deteriorada, en cuyas paredes varios adornos que le dan un ambiente muy acogedor: pequeñas vasijas, ollas y jarrones de barro que antiguamente se usaban para echar el maíz y fermentar la chicha.

LA CHICHERIA EN EL CHORRO
La bebida indígena no se toma en vasos, allí se toma chicha a totumadas.
nos sentamos entre el bullicio de la gente: el momento de tomarme la chicha había llegado.
La chicha tiene un color amarillo lechudo y aunque tengo que reconocer que su aspecto no es el mejor, beberla fue una experiencia muy agradable para mi paladar, es dulce, refrescante y gustosa. “Vale la pena probarla”


Cuando estaba a punto de irme, la abuelita Judith me entregó un detalle para que le llevará a mi familia. Era una bolsa de papel, con una botella 1.5 de Coca Cola adentro. Lo que tenia esa botella no era gaseosa, era chicha y era esa misma sustancia rara que había llamado mi atención cuando llegue al Chorro de Quevedo. En ese instante mi historia estaba completa. Le sonreí y me fui.